El sueño humano de la creación
Hay gente que cree que el siglo XXI
es un libro digital que pude ser leído por medio de un algoritmo, también hay
quienes piensan que el siguiente paso de nuestra evolución es la inteligencia
artificial, pero ¿es esto posible? Y de ser así ¿representaría un riesgo a
nuestra existencia?
Primero hay que entender que es la
inteligencia artificial, y es básicamente atribuirle nuestra capacidad de
discernir, pensar y razonar a una maquina creada por nosotros, el término
“inteligencia artificial” fue acuñada por John McCarthy en 1956. Según Renato
Gómez Herrera, un importante autor y escritor de un artículo sobre el tema en
cuestión, dijo “Así como, según la Biblia, Dios creo a Adán y Eva para no estar
solo, ahora nosotros quisiéramos crear compañeros a nuestra imagen y semejanza”, y tiene toda la razón por que eso es justo lo que busca la
inteligencia artificial, para ello existen cuatro pilares básicos: el algoritmo
genético, búsqueda de estado requerido en el conjunto de estados producidos por
las acciones posibles, redes neuronales artificiales y el razonamiento, análogo
al pensamiento humano.
Para contestar a la primera
planteada al inicio, si, si es posible crear inteligencia artificial, esto lo
vemos con Siri de Apple o en las recomendaciones de amigos en Facebook, pero el
verdadero reto es, por llamarlo de alguna forma, hacer que la maquina piense,
aunque los expertos dicen lograrlo para el año 2050 ; y respecto a la segunda
pregunta antes mencionada , aunque las personas que trabajan en ello dicen que
lejos de representar un riesgo, la inteligencia artificial nos va a beneficiar
por qué hará nuestra vida más fácil, pero en mi opinión me parece un paso
peligroso querer jugar a ser Dios, algo podría salir mal o tal vez sale tan
bien que la creación logra superar al creador, o no vayamos tan lejos, como los
expertos dicen nos facilitarían la vida pero ¿hasta qué grado? Nos volveremos
unos inútiles y eso no parece que sea correcto, no me gusta la idea la idea de
eso, será un mundo vacío y hasta incluso sin sentimientos, y llegaremos al
punto en el que los únicos “seres vivos” serán
de metal.